Balance de daños
Corría el 20 de febrero de 2006 cuando Mahmud Abbas nombraba como primer ministro a Ismail Haniye.
El período de tiempo que ha transcurrido hasta ayer ha sido cualquier cosa menos tranquilo.
Tener que dirigir un gobierno que no reconoce los acuerdos que habían alcanzado Israel y los palestinos, que no renuncia a la violencia como instrumento político y que no reconoce la existencia del Estado hebreo, llevó, como respuesta lógica, al aislamiento y la privación de la ayuda exterior.
A esto se debe añadir el conato de guerra civil entre Hamas y Al Fatah, que ha reportado más de 90 víctimas, aumentando las penurias de la población palestina.
Uno de los elementos que más se ha sentido por la población fue la suspensión de las ayudas de Estados Unidos y de la Unión Europea, que suponían importantes cantidades económicas para varios programas.
Afortunadamente, esta situación llegó a su fin el pasado día 8 de febrero con la firma de los acuerdos en la ciudad saudí de La Meca, que tenía por fin buscar la formación un Gobierno de unidad nacional y la vuelta de la paz a las calles de la franja.

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